Lo sucedido en Fernández Oro, Pcia. de Rio Negro, ocurre en diversas rutas y calles de nuestro país y en varios latinoamericanos.
“Los tambores metálicos que fueron colocados sobre la Ruta 65, en Fernández Oro, para demarcar una obra vial, terminaron convirtiéndose en la peor y más riesgosa señalización.”
Y lamentablemente seguirá sucediendo en la medida que NO GESTIONEMOS SEGURIDAD VIAL en las “obras en vía pública”.
Nuestra normativa nacional desde 1995 incorpora el concepto de “deletabilidad” de las señales al especificar que ”aquellas señales o dispositivos que por su ubicación puedan constituir riesgos para los usuarios deberán tener un sistema que «evite eventuales impactos o que, de producirse, no sean de magnitud».
Más aún, nuestra CORTE SUPREMA DE LA NACIÓN en fallo de febrero de 1995, en relación a un caso producido en la Panamericana que “las señales deben ser inócuas en sí mismas” y que la señalización NO DEBE ATENDER más a la protección de la obra que a resguardar la vida de quienes la transitan.
Es decir que LEY y JUSTICIA poseen criterios claros y precisos al respecto hace ya más de dos décadas…y sin embargo…siguen lesionados y muertos por desatender estos temas que más allá del derecho implican el SENTIDO COMUN.
No se GESTIONA SEGURIDAD VIAL cuando:
* No se capacitan las cuadrillas
* No se capacita a los responsables de las mismas
* No se capacita a las autoridades de control (municipales, provinciales, nacionales)
* No se hacen controles eficientes ni se exigen en los Planes de Obras los recaudos específicos al respecto.
Y después NOS LAMENTAMOS, damos vuelta la página, hasta la próxima “tragedia”, cuando de tragedia no tiene nada.
Dr. Eduardo Bertotti
Director ISEV