Perspectiva 2024 para bancos globales negativa; estable para bancos en Latam

Los bancos globales enfrentarán condiciones operativas más difíciles en 2024 debido a un crecimiento económico por debajo de la tendencia y a tasas de interés elevadas durante todo el año, incluso cuando los principales bancos centrales comiencen a recortar tasas, señala Moody’s Investors Service en un nuevo informe.

“La perspectiva de Moody’s para los bancos globales en 2024 es negativa, ya que el endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales se ha traducido en un menor crecimiento del producto interno bruto. La baja liquidez y capacidad de pago reducirán la calidad de la cartera y generarán un mayor riesgo de activos. La rentabilidad podría disminuir debido a mayores costos de financiamiento, menor crecimiento de los préstamos y acumulación de reservas. Será más difícil obtener financiamiento y liquidez, aunque la capitalización se mantendrá estable y se beneficiará tanto de la generación orgánica de capital como del crecimiento moderado de los préstamos, a medida que algunos de los principales bancos de Estados Unidos acumulen capital”, señaló Felipe Carvallo, Vice President – Senior Credit Officer at Moody’s Investors Service.

Sin embargo, la perspectiva 2024 para bancos en América Latina es estable.

Fundamentos principales: Las altas tasas de interés y el bajo crecimiento económico plantean riesgos. A pesar de los importantes recortes de los bancos centrales de Brasil, Chile, Uruguay y Costa Rica (B1 positiva), las tasas de interés se mantendrán altas, lo que debilitará la demanda de créditos y la capacidad de pago de los individuos y pequeñas empresas, además de exponer aún más a los bancos a los riesgos de refinanciamiento. La inflación caerá hasta alcanzar las metas de los bancos centrales en 2024. Sin embargo, el crecimiento del PIB sigue siendo bajo (inferior al de 2022 y al de los niveles históricos), a pesar de las expectativas de una aceleración relativa hasta 2024. La excepción es México, donde el crecimiento del PIB está por encima de los niveles históricos gracias al nearshoring, un proceso que también beneficiará a Centroamérica. La inestabilidad política persiste, con elecciones en México y más recientemente en Argentina y Guatemala. Las tensiones sociales podrían continuar ante el debilitamiento de la actividad económica, lo que frenará el apetito de los inversionistas en la región, especialmente en Perú, Colombia y Chile.

Los bancos mantendrán amplias reservas y estrictas normas de originación, lo que conducirá a una mejora gradual de la morosidad en 2024. Una disminución de la inflación y las tasas de interés favorecerá la capacidad de pago de los prestatarios, y los bancos preservarán las reservas para pérdidas crediticias. En Brasil y Colombia, donde las carteras de préstamos están más expuestas a consumidores y pymes, los bancos mantendrán un enfoque conservador del crédito y se centrarán en préstamos garantizados. La eliminación gradual de los programas de apoyo gubernamental en Perú y Panamá se traducirá en un aumento de la cartera vencida, pero en su mayoría se mantienen buenas provisiones. El uso intensivo del dólar estadounidense en Uruguay, Perú, Panamá y América Central seguirá exponiendo a los bancos a mayores riesgos y expondrá a esas economías al ciclo monetario de Estados Unidos. Los estrictos estándares de originación limitan la exposición de los bancos a la devaluación de la moneda.

La rentabilidad se mantendrá estable a pesar de la reducción de tasas, con mayores volúmenes de negocios y menores necesidades de provisión. Los márgenes seguirán siendo amplios, y el crecimiento de los préstamos compensará los ajustes de tasas de interés de las carteras y los mayores costos de financiamiento. Las inversiones en innovación y fuentes más estables de ingresos, como las tasas y comisiones, seguirán respaldando las ganancias.

Una rentabilidad amplia mantendrá una capitalización estable. Las reservas frente a los mínimos regulatorios son grandes. Una buena rentabilidad les permitirá a los bancos cumplir con los crecientes requerimientos regulatorios relacionados con la adopción de Basilea III en Perú y Chile, mientras que la capacidad total de absorción de pérdidas en México garantizará la absorción de pérdidas a través de amplios volúmenes de instrumentos híbridos.

La elevada liquidez a nivel local les ayudará a los bancos a evitar el ajuste de las condiciones financieras en otros lugares. La baja dependencia de los mercados de capitales internacionales limitará el impacto de la volatilidad global en los bancos latinoamericanos. Los grandes volúmenes de depósitos estables y la fuerte demanda de los mercados de capitales locales son fortalezas clave. Las bajas tasas de interés disminuirán el financiamiento en las instituciones más pequeñas.

El apoyo del gobierno sigue siendo amplio. La necesidad de recibir apoyo del gobierno disminuirá a medida que los bancos de la región acumulen instrumentos híbridos para la absorción de pérdidas.

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